Una y cuarto de la tarde. Jamal Khashoggi entra en el consulado saudí en Estambul. Es la última vez que se ve al periodista. Casi dos horas después, a las tres y ocho, una furgoneta negra abandona la sede diplomática con destino a la residencia privada del cónsul saudí. Allí se le pierde la pista.

Horas antes habían llegado a Estambul en dos vuelos privados estos 15 agentes saudíes, entre ellos un médico forense militar. Sus movimientos están registrados por cámaras del aeropuerto y los hoteles donde se alojaron. Según medios turcos se trataría del "comando asesino" que habría hecho desaparecer al periodista crítico con Riad.

Se han visualizado las imágenes de hasta 150 cámaras para analizar cómo se desarrolló una operación premeditada y planificada a la vista de los hechos. 'The Guardian' asegura que dieron la tarde libre al personal turco del consulado. No había testigos durante la visita de Khashoggi. Además, sospechosamente, se habrían eliminado los vídeos de las cámaras de seguridad del interior de la sede. Los investigadores creen que podría habérselos llevado el comando que abandonó Turquía el mismo día de la desaparición.