Una mujer, de 39 años, y su hija, de 14, han sido asesinadas en su vivienda por tres menores mexicanos de 17, 16 y 13 años. Aunque cuando llegaron los servicios médicos la menor continuaba con vida, minutos más tarde falleció. El motivo de los crímenes era conseguir quedarse con la vivienda, según los propios acusados declararon a la Policía

Los tres había establecido con un dibujo un plano de la casa e incluso habían llegado a recrear la estructura de la misma con plastilina para poder situarse y, así, conocer perfectamente dónde debían cometer ambos asesinatos.

Mientras los menores estaban intentando limpiar las manchas de sangre de la cocina, lugar en donde perpetraron los dos crímenes, fueron sorprendidos por los vecinos, pero estos se defendieron declarando que estaban intentado "quitar manchas de pintura".