Los muertos por el grave seísmo en China han alcanzado los 410. Asimismo, una docena de personas siguen desaparecidas y 2.373 personas están heridas. El terremoto, de magnitud 6,5, ha obligado a evacuar a 230.000 personas después de que se derrumbaran sus casas en el condado de Ludian, en la provincia sureña de Yunnan.

Cerca de 124.000 viviendas se han caído tras el sismo y otras 124.000 se vieron seriamente dañadas, debido a la vulnerabilidad de las construcciones.Además de antiguas, éstas son de madera.

Miles de policías, bomberos y soldados trabajan en la zona para hacer llegar a los supervivientes comida y medicinas. Al mismo tiempo, efectivos de la Policía siguen buscando supervivientes bajo los escombros.

La lluvia y los corrimientos de tierra están complicando las tareas de rescate y la llegada de ayuda humanitaria. Muchos supervivientes siguen esperando a que lleguen las provisiones. Mientras, los servicios sanitarios alertan de que algunos heridos que se están tratando en hospitales de campaña necesitan ser trasladados a otros centros.

Numerosos caminos aún están cortados y se han formado grandes lagos que han inundado una veintena de casas. Además, se esperan lluvias torrenciales para los próximos días que pueden dificultar aún más el trabajo en la zona. Además, los geólogos han adevertido sobre la posibilidad de fuertes réplicas del temblor.

La Administración Sismológica de China ha registrado hasta 467 réplicas en la región, cuatro de ellas de una magnitud de entre 4 y 4,9 grados en la escala de Richter. El Gobierno ha anunciado una dotación de más de 97 millones de dólares para tareas de rescate, equipos médicos y necesidades de los afectados.

Asimismo, el Gobierno central ha enviado aviones y helicópteros a la zona para abrir rutas alternativas de transporte de provisiones. También se están utilizando aviones no tripulados, más conocidos como drones, para poder calcular los daños.