Los hechos tuvieron lugar cuando Charles Bloch, un invidente afincado en Leicester (Reino Unido), intentó acceder al taxi que había pedido a domicilio. El conductor, un hombre de origen musulmán, le impidió el acceso al servicio porque Bloch iba acompañado de su perro guía.

El invidente, que iba acompañado de su pareja y grabó los hechos, explicó al conductor que su actitud iba en contra de la Ley de Discapacidad de 1995, pero el taxista no cambió de opinión e indicó a Bloch que su religión le impedía transportar al perro.

El hombre animó a Bloch a llamar a la compañía de taxis y pedir otro vehículo, pero Bloch se reafirmó: "No quiero otro vehículo, quiero este". Bloch publicó en su perfil de Facebook el vídeo y un mensaje en el que denunciaba lo ocurrido.

Posteriormente, la compañía intermediaria, ADT Taxi, por su parte, publicó en su Facebook una nota en la que aseguraron estar "profundamente avergonzados" por la conducta del empleado. Además, informaron de las medidas tomadas en contra de este y de que compensarían al afectado con varios viajes gratuitos.