El Gobierno de Sudáfrica ha levantado el toque de queda impuesto para frenar la propagación del COVID-19, pero ha reconocido que el riesgo de un aumento de contagios "aún es alto" dada la alta transmisibilidad de la variante ómicron del SARS-CoV-2.
Las autoridades sudafricanas han justificado su decisión gracias a los niveles de vacunación en el país y señalando que el sector sanitario aún tiene capacidad suficiente.
No obstante, y tras una reunión extraordinaria, el Ejecutivo sudafricano ha decidido que el uso de mascarilla continúe siendo obligatorio y ha pedido a la ciudadanía cumplir con los protocolos sanitarios.
En este sentido, han limitado a 1.000 el número de asistentes a eventos en interiores y a 2.000 en exteriores, que tendrán que ser acomodados respetando el distanciamiento físico, según ha recogido el diario sudafricano 'Sowetan'.
"El riesgo de un aumento de los contagios aún es alto dada la alta transmisibilidad de la variante ómicron", ha insistido el Ejecutivo sudafricano en un comunicado. Desde el Gobierno de Sudáfrica aseguran que "todos los indicadores" apuntan a que el país "puede haber dejado atrás" el pico de su ola de contagios de la variante ómicron.
Sudáfrica, donde se identificó por primera vez la variante ómicron, ha contabilizado más de 3,4 millones de contagios de COVID-19 y más de 91.000 fallecidos desde que comenzó la pandemia.