La senadora australiana Pauline Hanson, líder del partido ultraconservador Una Nación, acudió al Parlamento de Camberra ataviada con un burka como parte de su campaña contra esta prenda de las mujeres musulmanas.
La política permaneció en su escaño cubierta por el velo negro durante unos 20 minutos, antes de tomar la palabra y quitárselo para pedir que sea prohibido por razones de seguridad.
"Si una persona debe quitarse un pasamontañas o un casco antes de entrar en un banco o cualquier otro edificio, incluido un tribunal. ¿Por qué no sucede los mismo con alguien que tiene la cara cubierta y no se puede identificar?", denunció Hanson.
El fiscal general, George Brandis, reprendió en su turno de palabra el espectáculo de la política de Una Nación, agrupación que cuenta con otros tres asientos en la Cámara.
"Les advierto y les aconsejo que tengan mucho cuidado con ofender las sensibilidades religiosas de los australianos", en referencia a las leyes contra la discriminación racial y protección de libertad religiosa.