El minitro del interior italiano, Matteo Salvini, ha rechazado el atraque en la isla de Lampedusa de un barco de rescate de una ONG con 49 inmigrantes a bordo que había sido rescatados cerca de la costa libia, y vuelve a poner en el foco las políticas migratorias y la actuación de los Gobiernos europeos en el Mediterráneo.

En la televisión SkyTG24, el viceprimer ministro italiano ha declarado que los migrantes "pueden ser curados, alimentados, vestidos, se les puede dar todo tipo de bienes de confort, pero hasta donde yo sé, con mi permiso, no pondrán un pie en Italia".

El barco de la ONG, Mediterranea asegura que rescató a los inmigrantes cuando estaban en una lancha de goma a unos 78 kilómetros de la costa de Libia. El barco, que porta la bandera italiana, está atracado cerca de Lampedusa, una isla italiana que está entre Sicilia y el norte de África.

Salvini ha acusado a la ONG de comportamiento criminal por ser "cómplice de la inmigración ilegal", evitando una operación de rescate de los guardacostas libios, que son los que deberían haber llevado de vuelta a los inmigrantes a Libia, según ha asegurado el líder de la Liga.

El Ministerio del Interior, que él dirige, ha ordenado a los jefes de la Policía, la Armada y los guardacostas que hagan todo lo que esté en su mano para prevenir "la entrada ilegal de inmigrantes en territorio nacional".

Salvini asegura que su política migratoria de puertas cerradas ha contribuido a una caída brusca tanto de las llegadas como de las muertes en el mar. Sin embargo, impedir que los inmigrantes salgan de Libia o que sean devueltos al país africano es una medida controvertida porque están expuestos a violaciones de Derechos Humanos.