'Murdoch Succession'

La 'saga' de los Murdoch llega a su fin: Lachlan gana la multimillonaria herencia de su padre

Los detalles El hijo mayor del magnate se queda con el control de 'Fox Corp' y asegura la continuidad conservadora del grupo, mientras sus hermanos recibirán 1.100 millones de dólares cada uno por sus acciones.

La 'saga' de los Murdoch llega a su fin: Lachlan gana la multimillonaria herencia de su padre
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Durante años, la familia Murdoch ha librado una batalla digna de un guion de una serie. Y no es exagerado: hasta en 'NBC News' bromearon con que aquello no era 'Succession', pero podría haberlo sido. El desenlace ya es oficial. Lachlan Murdoch, el mayor y más conservador de los seis hijos del magnate, se quedará con el control del conglomerado mediático levantado por su padre, Rupert Murdoch.

El acuerdo zanja una disputa que parecía no tener fin: Lachlan asume el mando de 'Fox Corp' y del resto de filiales estratégicas, mientras que James, Elisabeth, Prudence y sus hermanos recibirán 3.300 millones de dólares para dar por cerrado el conflicto.

El imperio que se metió en la política

La herencia no es solo empresarial, es también política. El imperio Murdoch siempre jugó más allá de los balances de cuentas: jugó al poder. Y no cualquiera. Sus medios han sido capaces de inclinar elecciones, de fabricar consensos y de tumbar liderazgos en cuestión de meses.

En los años 80, Rupert Murdoch utilizó sus periódicos para pedir directamente a los británicos que votaran a Margaret Thatcher. Y Thatcher ganó. En los 90, se volcó en apoyar a Tony Blair porque, según él, el país necesitaba un hombre fuerte. El laborista llegó a Downing Street.

Ya en Estados Unidos, su relación con Donald Trump terminó por confirmar lo que muchos sospechaban: el imperio Murdoch no solo contaba historias, también las creaba. "Mi amigo, Donald J. Trump", dijo el magnate. "Gracias a mi gran amigo, Rupert Murdoch", respondió el presidente.

El precio de la influencia

No todos han visto el legado Murdoch con admiración. Sus críticos llevan décadas acusando a su conglomerado de comportarse como una organización mafiosa. Escándalos como el de las escuchas ilegales en Reino Unido o la permanente campaña de desinformación atribuida a 'Fox News' en EEUU han reforzado esa imagen.

Aun así, el poder de sus cabeceras, desde 'The Sun' hasta 'The Times', y de su cadena estrella, 'Fox', ha resultado incontestable. En política, contar con el respaldo de Murdoch era casi garantía de éxito. Lo sabían Thatcher, Blair y Trump, pero también sus rivales, que sufrieron en carne propia la capacidad de demolición del grupo mediático.

La pelea de los herederos

Rupert Murdoch nunca escondió que sus hijos tenían voz y voto en las decisiones del conglomerado. Pero el poder real estaba reservado para él. La sucesión, por tanto, se convirtió en una guerra de expectativas.

  • Lachlan, el primogénito, defendía una línea conservadora, en continuidad con la de su padre.
  • James, más liberal, se mostraba crítico con la deriva ideológica de 'Fox News'.
  • Elisabeth, con experiencia en televisión, apostaba por modernizar el negocio.
  • Prudence, la más discreta, siempre quedó en un segundo plano.

El pulso fue largo, con filtraciones, rumores de traiciones y tensiones que parecían insalvables. Hasta hoy. El acuerdo cierra la guerra y entrega las llaves del imperio a Lachlan, en línea con la visión conservadora que siempre defendió Rupert.

Un legado "atado y bien atado"

El resultado deja claras dos cosas. La primera: la familia se reparte la fortuna, pero el control absoluto queda en manos de Lachlan. La segunda: Rupert Murdoch, que durante décadas jugó a ser el titiritero de la política occidental, se asegura que su sucesión mantenga la línea conservadora que él mismo impuso.

Porque su imperio nunca fue únicamente un negocio. Fue, y sigue siendo, un instrumento de poder global. Y ahora, ese poder queda en manos de un heredero que parece dispuesto a seguir la senda de su padre.