El Gobierno de Reino Unido falta a sus promesas. Este jueves ha anunciado que prohibirá las terapias de conversión para las personas homosexuales o bisexuales, pero no para las personas transgénero. El primer ministro británico, Boris Johnson, y su predecesora Theresa May habían prometido hacerlas ilegales durante sus mandatos, según ha informado 'The Guardian'.

El ejecutivo británico se ha visto obligado a pronunciarse sobre las terapias de conversión- que intentan cambiar o suprimir la sexualidad o la identidad de género de una persona-tras varias filtraciones a la prensa inglesa sobre un posible cambio de opinión con respecto al veto de estas prácticas. Así, a primera hora de este jueves, un portavoz del Gobierno de Reino Unido ha dicho que se estaban estudiando formas de impedirlas mediante la legislación vigente y "otras medidas no legislativas".

Además, se ha filtrado un documento de Downing Street a ITV News, en el que se detallaba que el primer ministro había acordado "no avanzar en la legislación" para prohibir estas prácticas de conversión. El anuncio de la posible declinación de la prohibición de las terapias de conversión ha creado una gran polémica en el país. Tras el escándalo, el periodista de ITV News, Paul Brand, ha publicado en su perfil de Twitter que el primer ministro había "cambiado de opinión a raíz de la reacción al informe".

El documento que se ha filtrado a ITV News, titulado 'Conversion Therapy Handling Plan', recomendaba anunciar el giro en el momento del discurso de la Reina en mayo. "Esto nos permitirá posicionar la decisión como una prioridad de nuestro programa legislativo y reduce el riesgo de que parezca que hemos señalado un tema LGTBIQ", ha señalado el documento. El informe filtrado también recomendaba culpar del cambio de opinión a "las presiones sobre el coste de la vida y la crisis en Ucrania".

Brand, citando a una fuente gubernamental de alto nivel, ha asegurado que la legislación se incluirá en el discurso de la Reina en mayo. Los informes iniciales de que el Gobierno no pretendía seguir adelante con la prohibición han provocado críticas generalizadas. La parlamentaria del partido de los liberal-demócratas, Wera Hobhouse, ha criticado el "giro de 180 grados" de los conservadores dado que "da luz verde a una forma de tortura en Reino Unido". "Es una traición total a la comunidad LGTBIQ+", ha dicho.

Así, ha hecho hincapié en que "la terapia de conversión debería haber sido prohibida hace años, pero "los conservadores están mirando hacia otro lado en esta práctica abusiva y peligrosa". "Esto es una completa injusticia. El Gobierno debe prohibirla sin titubeos ni demoras", ha dicho.

Por su parte, Jayne Ozanne, una destacada activista contra las prácticas de conversión ha dicho: "Esta es, con mucho, la traición más importante a la confianza que la comunidad LGBT+ ha experimentado en años y va en contra de todos los compromisos que (el primer ministro), sus ministros y otros altos parlamentarios han hecho". "Es increíble creer que se haya echado atrás en una promesa de este tipo, sobre todo teniendo en cuenta las evidencias claras de los daños significativos a las personas LGBT+ vulnerables que se han puesto de manifiesto en la investigación de su propio Gobierno", ha señalado.