Un grupo de manifestantes intentó asaltar este viernes - primer día delEstado de Emergencia -el aeropuerto de la ciudad de Ayacucho (al sureste de Perú) pidiendo la renuncia de la presidentaDina Boluarte y el cierre del Congreso. Algunos de los ciudadanos se escondían a la espera de poder lanzarles objetos a los militares. Otros, sin embargo, se atrevían a plantarles cara completamente desarmados. Las Fuerzas Armadas y la Policía respondieron con disparos.

Este es solo un ejemplo de las muchas protestas que están teniendo lugar en el país, unas concentraciones que están siendo reprimidas violentamente por el Gobierno. Ya hay más de 60 hospitalizados y más de una veintena de muertos desde el inicio de las protestas. La mayor parte de las víctimas son jóvenes, tres de ellos menores de edad. La presidenta de Perú ya ha lamentado los trágicos acontecimientos y ha instado a la población a parar las movilizaciones: "Lamento los trágicos acontecimientos que han segado la vida de varios compatriotas en varias regiones del país. Esto tiene que parar".

El Gobierno de Dina Boluarte ya ha comenzado a tambalearse desde dentro. Dos de sus ministros han renunciado seis días después de jurar el cargo, como una muestra de oposición a las muertes en las calles. La presidenta planteó el miércoles adelantar las elecciones a diciembre de 2023, pero el Congreso de Perú lo rechazó. Mientras tanto, la situación en la calle es insostenible. Prueba de ello es el estado de las carreteras en la frontera con Bolivia, donde los manifestantes están impidiendo su funcionamiento.

El bloqueo de estas vías está perjudicando a los turistas. Quieren volver a sus países y no pueden. "Nos encontramos sin comer, sin poder tomar agua, sin servicios básicos", ha denunciado uno de ellos en redes sociales. "Sin poder cargar los celulares, nos estamos quedando sin plata", añade otra. En este contexto, la ONU ha pedido que se respete el estado de derecho en Perú y varias ONG ha instado a desmilitarizar el país.