¿Qué ocurre si un heredero al trono en Países Bajos es homosexual y quiere casarse? Este es el debate que se ha planteado en el Parlamento de los Países Bajos después de que diputado del partido liberal (VDD) preguntara al primer ministro por ello.

Mark Rutte, el primer ministro del país, ha asegurado que la orientación sexual, en este caso de la princesa Amalia, "no será un obstáculo" para su ascenso al trono.

"El Gobierno cree que el heredero también puede casarse con una persona del mismo sexo y no ve un obstáculo legal permitir el matrimonio de un heredero con una persona del mismo sexo. Por lo tanto, el gabinete no considera que un heredero al trono o el rey deba abdicar si desea casarse con una pareja del mismo sexo", ha dicho en la misma cámara.

Esta pregunta parlamentaria se originó tras la publicación el pasado mes del libro 'Amalia, el deber te llama', del abogado Peter Rehwinkel, en el que analizó esta hipótesis y concluyó que, en base a las normas actuales, si Amalia quisiera casarse con una mujer, debe renunciar al trono.

Asimismo, Rutte ha señalado que solo debe quedar claro quiénes son los hijos en un matrimonio entre dos personas del mismo sexo. No se ha pronunciado sobre si los niños adoptados o los concebidos, por ejemplo, a través de un donante de esperma o maternidad subrogada también serán elegibles al trono, algo que se tendrá que plantear al gabinete que gobierne en el momento en que realmente se dé ese escenario.

Aunque la Constitución neerlandesa se basa en la idea de la sucesión hereditaria, la forma en la que se organiza hoy en día el derecho de familia moderno no asume automáticamente como "hijos" solo a aquellos que descienden biológicamente de los padres que los conciben.

"El propósito de las disposiciones constitucionales sobre la sucesión es determinar sobre bases objetivas e inequívocas a quién pasará la monarquía y así lograr la certeza políticamente deseada con respecto a la sucesión", ha apostillado el primer ministro en funciones.

Sin embargo, considera que es inevitable que exista "fundamentalmente una tensión con el sistema de sucesión" que recoge la Constitución neerlandesa, que precisamente apunta a determinar "sobre bases objetivas e inequívocas" quién será el rey o reina de Países Bajos, y quién lo o la sucede en el trono, es decir, se refiere a descendientes legales y a parentesco consanguíneo.

Cuando la princesa Amalia, que aún tiene 17 años, decida contraer matrimonio, el Gobierno y las dos cámaras en Países Bajos tendrán que considerar la sucesión "a su debido tiempo". En caso de debate en el futuro para alcanzar el consentimiento necesario sobre los herederos al trono, las dos cámaras "pueden, si es necesario, considerar la posición de la ley de paternidad de los niños nacidos del matrimonio" que sea relevante y aplicable en ese momento.