Putin juró "respetar y defender los derechos y las libertades de las personas y los ciudadanos; cumplir y defender la Constitución de la Federación de Rusia; defender la soberanía y la independencia, la seguridad y la integridad territorial del Estado, y servir al pueblo con lealtad".
Más de 6.000 invitados, entre ellos ministros del Gobierno saliente, diputados y senadores, miembros del cuerpo diplomático, autoridades civiles, eclesiásticas y militares, y otras personalidades, asisten a la ceremonia.
"Considero mi deber y el sentido de mi vida hacer todo por Rusia, por su presente y futuro, de paz y progreso; por cuidar de nuestro gran pueblo y de su desarrollo, por el bienestar en cada familia rusa", dijo Putin en un breve discurso tras la ceremonia de toma de posesión.
El jefe del Kremlin agradeció a la ciudadanía rusa su unidad y confianza en que "mucho puede cambiarse para mejor". "Y quiero otra vez decir gracias. Gracias por el nivel de apoyo sincero que ustedes, ciudadanos de Rusia, me brindaron en las elecciones presidenciales", añadió.
Según Putin, que en los comicios del pasado 18 de marzo recibió el 76,69 % de los votos, este respaldo popular es "un enorme capital político y sólido soporte moral". Este apoyo, agregó, "es importante para defender nuestras posiciones en la arena internacional y para acciones decisivas en aras de profundos cambios positivos en el país".
"Hemos aprendido a defender nuestros intereses, hemos recuperado el orgullo por la patria, por nuestros valores tradicionales", dijo. El presidente ruso prometió garantizar "la seguridad y la capacidad defensiva del país". "Estamos abiertos al diálogo. Nos pronunciamos por la cooperación igualitaria con todos los Estados, en aras de la paz y la estabilidad en todo el planeta", agregó.