El reto, poner en marcha el segundo gran paquete de medidas de ajuste impuesto por la Unión Europea y con la posibilidad de que la coalición de centro izquierda se haga con la mayoría en el Parlamento, pero no en el Senado. Los más agoreros hablan de una Italia ingobernable tras las elecciones.

Berlusconi ha sido el candidato más fotografiado a su llegada al colegio electoral de Milán. Hace sólo 15 meses que 'Il cavaliere' dimitió como primer ministro, con el país al borde del abismo. Por eso los sondeos le dejan en el tercer lugar en la pugna por el poder.

Pero sin duda el cómico Beppe Grillo es la sorpresa en estos comicios. Al frente del 'Movimiento Cinco Estrellas' y decidido a acabar con la casta política se perfila como la segunda opción en las urnas. Su discurso, dirigido directamente a la sociedad italiana cansada de los partidos tradicionales.

Y si negra y fría ha estado la jornada para acercarse a las urnas, negro le pinta el futuro al primer ministro saliente Mario Monti, al que las encuestas dejan como cuarta opción. Sólo le salvaría un pacto con Bersani para conseguir mayoría en el Senado.

Los colegios electorales han abierto sus puertas a las 08.00 hora local para permitir el voto de los algo más de 47 millones de personas que están llamadas a las urnas. Además de los legislativos, se celebran también comicios regionales en Lacio, Lombardía y Molise.

Esos más de 47 millones son los electores mayores de 18 años que podrán votar a los 630 miembros de la Cámara de los Diputados, pues solo quienes tengan al menos 25 años podrán elegir a los 315 senadores que ocuparán la Cámara Alta junto a 5 miembros vitalicios, incluyendo al presidente de la República, Giorgio Napolitano, una vez que expire su mandato en mayo.

Los italianos residentes en el extranjero cuentan con una circunscripción propia, que elige a 12 diputados y 6 senadores, mediante un sistema electoral, el vigente en Italia, de tipo proporcional con premio de mayoría y distintas barreras con un porcentaje mínimo de votos para obtener acceso a cada Cámara.

Este sistema electoral, denominado 'porcellum' por sus propios promotores, propicia la incertidumbre que se cierne ante un posible país ingobernable a partir de estas elecciones.

El actual sistema electoral italiano, que finalmente no pudo ser reformado antes de concluir la legislatura, permite a la coalición ganadora en cada región para el Senado atribuirse el 55 % de los escaños de esa zona, por lo que es importante, sobre todo, el voto de la populosa Lombardía, habitual caladero de votos del centroderecha, liderado de nuevo por Silvio Berlusconi.