Reino Unido cambia el rumbo y da marcha atrás en la implementación de políticas verdes. El Gobierno del primer ministro, Rishi Sunak, concederá nuevas licencias para extraer petróleo y gas en el mar del Norte.

En Berlín, mientras tanto, se suceden las manifestaciones contra el cambio climático. El nuevo Gobierno local de la capital alemana ha anunciado que paralizará la peatonalización de la ciudad. "Esperamos que a estos ejemplos les pase lo mismo que a Trump y a Bolsonaro, que con el cambio de gobierno se han sumado al consenso climático", reflexiona Pedro Zorrilla, de Greenpeace.

Porque eso es lo que está ocurriendo: gobiernos que aplican medidas contra el consenso científico. Pero este último sigue alertando de que la cuenta atrás contra el cambio climático sigue en marcha. Pablo Muñoz, portavoz de Ecologistas en Acción, defiende que "todas las políticas públicas deberían ir alineadas con cumplir los mismos objetivos (...) Las señales de repercusión de emergencia climática son claras: inundaciones, sequías, olas de calor...".

Son decisiones políticas tomadas, en su mayor medida, por gobiernos conservadores que fijan en su agenda la reacción contra las políticas verdes. "En el momento en que es un asunto que atrae a la izquierda, los de la derecha no solo no les apoyan, sino que van a tener rechazo, apoyarán gobiernos que sean beligerantes con estas agendas", afirma Ignacio Jurado. Profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III.