El papa ha pedido rezar por Benedicto XVI, de 95 años, cuyas condiciones de salud son extremadamente débiles, y ha apuntado que "está muy enfermo".

Francisco ha pedido así una "oración especial" por el papa emérito "que en silencio sostiene la Iglesia".

"Está muy enfermo. Pidamos a Dios que lo consuele y lo sostenga en su testimonio de amor a la iglesia hasta el final", ha señalado el pontífice durante la audiencia general de este miércoles.

El papa no dio más detalles acerca de la condición de Benedicto XVI, que abdicó del cargo en el año 2013, siendo el primer papa en hacerlo en 600 años.

El alemán Joseph Ratzinger, de 96 años, vive desde su abdicación en el convento Mater Ecclesiae en el interior de la Ciudad del Vaticano.

El Vaticano confirma el empeoramiento de Benedicto XVI

Tras las palabras de Francisco, el Vaticano ha confirmado que en las últimas horas se ha agravado el estado de salud del papa emérito Benedicto XVI "por el avance de la edad", aclarando que "la situación por el momento sigue bajo control" de los médicos.

"En cuanto a las condiciones de salud del papa emérito, por quien el papa Francisco pidió oración al final de la audiencia general de esta mañana, puedo confirmar que en las últimas horas se ha producido un agravamiento por el avance de la edad", ha asegurado el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni.

Su silencio de los últimos meses

Todos los que le han visitado en los últimos meses aseguran que Ratzinger habla con un hilo de voz, que no camina y se le ve muy frágil, pero que está completamente lúcido.

En otras fotografías recientes se le ha visto en silla de ruedas por los jardines vaticanos tomando un poco el sol, lo que es, según cuentan desde su círculo más cercano, algo habitual, porque el papa emérito mantiene una disciplina a pesar de la edad. Concelebra la misa a las 7:30 horas y después escucha música en su sofá, recibiendo a veces algunas visitas.

El pasado agosto recibió a los nuevos cardenales que, junto con el papa Francisco, fueron a visitarle. Los últimos meses los ha pasado en silencio, excepto a inicios de año cuando tuvo que salir al paso de las acusaciones de cómo había gestionado algunos casos de sacerdotes acusados de abusos a menores cuando era arzobispo de Munich y que habían surgido en el informe redactado por la Iglesia alemana sobre la pederastia.

En una histórica declaración pública, Benedicto XVI afirmó: "He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia católica. Tanto más grande es mi dolor por los abusos y errores que se han producido durante el tiempo de mi mandato en los respectivos lugares".