La violencia se ha desatado en las calles de Charlotte, en Estados Unidos, tras la última muerte de un hombre negro por disparos de la Policía. El segundo caso en pocos días. Los manifestantes han destrozado un coche patrulla, han sembrado el caos, e, incluso, han conseguido cortar una autovía.

12 policías han resultado heridos en los disturbios por la muerte, horas antes, de un hombre negro en un aparcamiento abatido a tiros por agentes. Aseguran que salió de su coche armado, algo que niega su familia. La Policía estaba buscando a otro hombre distinto que debía cumplir condena, no al que dispararon. "Soy un chico negro. En cualquier momento, me pueden disparar, vaya armado o no", declara un hombre.

El caso llega un día después de salir a la luz un vídeo que muestra la muerte de otro afroamericano. La policía que lo mató asegura que creyó que estaba drogado y que iba a coger un arma. La familia ha presentado pruebas de que la ventanilla estaba subida, no podía meter la mano y sacar un arma rápido.

La agente, además, alega que no se percató de que había muchos más compañeros, tenía, dice, visión túnel, centrada en el hombre al que mató, desarmado y que no era sospechoso de absolutamente nada.