El expresidente francés y líder de la oposición, Nicolas Sarkozy, ha sido imputado por financiación ilegal de su campaña electoral de 2012, al haber superado, en calidad de candidato, el gasto máximo fijado por la ley.
Al término de un interrogatorio que se prolongó durante casi 12 horas, el político conservador fue declarado además "testigo asistido", a medio camino entre la imputación y el simple testigo, por los cargos de fraude, falsificación y abuso de confianza.
Esa segunda figura jurídica implica que, aunque no se hayan encontrado pruebas suficientes contra él, puede ser llamado a declarar de cara a una eventual imputación.
En un momento en que aspira a ganar las primarias de su partido para volver al poder en 2017, esta nueva imputación, que se suma a la recibida en julio de 2014 por "corrupción activa", tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional, empaña sus pretensiones al Elíseo.