Los incidentes principales tuvieron lugar durante la denominada 'Marcha por la Independencia', una multitudinaria protesta que cada año recorre las calles de Varsovia y en la que se dan cita grupos de extrema derecha y ultraconservadores junto con aficionados radicales de equipos de fútbol.
En la marcha participaron cerca de 30.000 personas, según datos ofrecidos por el portavoz de la policía de Varsovia, Mariusz Sokolowski, aunque los organizadores elevan su número a 50.000. Las autoridades polacas ordenaron disolver la marcha después de los primeros enfrentamientos entre manifestantes y policía, que tuvieron lugar en los alrededores del estadio Nacional de Varsovia. Ya antes del comienzo de la protesta al menos cien jóvenes fueron detenidos por ocultar el rostro con pasamontañas y portar piedras y material pirotécnico.
Los enfrentamientos entre manifestantes y agentes dejaron cerca de 80 heridos, entre ellos 51 agentes que tuvieron que ser atendidos por lesiones de distinta consideración, mientras que el número de arrestados se eleva a 275, en su mayoría hinchas violentos de equipos de fútbol.
La policía estableció un fuerte despliegue en la capital polaca, que se reforzó con unidades antidisturbios procedentes de otras provincias, apoyadas por tanquetas y camiones lanzadores de agua a presión. La presencia policial fue especialmente visible en las cercanías de la embajada rusa, pues los grupos ultranacionalistas polacos, que culpan a Rusia de la situación en la vecina Ucrania, amenazaban con intentar asaltar el edificio como ya hicieron el año pasado.
No obstante, la manifestación fue disuelta antes de acercarse a la legación diplomática. Aunque Polonia atraviesa el momento de más prosperidad en su historia moderna, los colectivos que se manifestaron consideran que la entrada en la Unión Europea ha supuesto la claudicación de los valores tradicionales de la sociedad polaca, especialmente los vinculados a la Iglesia católica.
Los disturbios empañaron una jornada festiva en Polonia, donde se celebró la recuperación de la independencia al término de la I Guerra Mundial, el 11 de noviembre de 1918. Polonia había dejado de existir como estado independiente durante más de un siglo, en el que su territorio estuvo repartido entre Prusia (luego el Imperio Alemán), Rusia y el Imperio Austro-Húngaro.