El Pentágono había anunciado que disponen de "la autoridad de hacer pagos (...) destinados a la reparación del hospital" bombardeo por Estados Unidos el 3 de octubre, según lo establecido en un programa de respuesta ante emergencias.
El Departamento de Defensa de EEUU también mostró su intención de "hacer pagos de condolencias a los civiles no combatientes heridos y a las familias de civiles no combatientes muertos como resultado de las operaciones militares estadounidenses".
Respecto a ese pago a las víctimas, MSF aseguró no haber recibido todavía "ningún detalle de las compensaciones anunciadas por el Pentágono", pero avisó de que estas ayudas no evitarán las investigaciones ni el reclamo de responsabilidades por el ataque.
MSF reiteró además su petición de una comisión de investigación independiente, ya que no considera que la investigación del Pentágono, que espera poder publicar en un mes las conclusiones preliminares de su pesquisa, pueda ser imparcial.
El Pentágono ha admitido que el ataque al hospital de MSF, en el que murieron 22 personas, 12 de ellos miembros de la organización, fue un error que pasó por la cadena de mando estadounidense.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió disculpas la semana pasada por el bombardeo a Médicos sin Fronteras, que trabaja actualmente con la presunción de que el ataque al hospital fue un "crimen de guerra".
Además, MSF ha desmentido las versiones de Afganistán de que en el hospital había terroristas y desde allí se estaba atacando a sus fuerzas, razón por la que se pidió a Estados Unidos efectuar el bombardeo.
El hospital atacado, el único especializado en traumatología en la región, quedó parcialmente destruido y ya no está operativo. El ataque aéreo se produjo en el marco de la contraofensiva de las tropas afganas por recuperar la ciudad de Kunduz por los talibanes, su mayor logro militar desde el fin de su régimen en 2001 tras la invasión de EEUU.