Marine Le Pen, líder de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y candidata para las presidenciales francesas de 2027, admitió este lunes que "dejó pasar" el cambio contractual de su asistente en el Parlamento Europeo (PE) cuando le anunció que quería dejar trabajar para esa institución físicamente.
"Catherine Griset me comunicó en 2015 que no quería figurar más como acreditada permanente (Bruselas, Luxemburgo y Estrasburgo) porque tenía una relación sentimental que evolucionaba. Le dije que sí, pero, por una cosa y otra y ante la falta de presupuesto, fui dejando pasar su transferencia a asistente local", admitió Le Pen desde el banquillo de acusados.
La líder del RN y otros 26 miembros de este partido afrontan actualmente un proceso en el Tribunal correccional de París acusados de haber utilizado de forma indebida los asistentes parlamentarios que tenían contratados los eurodiputados, pagados con dinero del Parlamento Europeo.
En concreto, se les reprocha haber utilizado a esos empleados para realizar labores dentro del partido y no para apoyar la actividad de eurodiputados, lo que contraviene expresamente las normas de la Cámara.
"Tengo el sentimiento de no haber cometido la menor irregularidad", afirmó Le Pen, antes de insistir en que "todo lo que hicimos, teníamos derecho a hacerlo".
La dirigente de la extrema derecha francesa intentó dar la vuelta a los argumentos de la fiscalía al señalar que las partidas de fondos para pagar a los asistentes del PE "pertenecen a los electores", a lo que la jueza le replicó: "pertenecen al Parlamento Europeo".
También aseguró que no veía "diferencia entre el mandato de un asistente (a nivel) nacional o europeo, salvo en la diferencia de escala", en el sentido de que se hace, según ella, el mismo trabajo político.
El delito de malversación por el que está encausada Le Pen está penado con hasta diez años de cárcel, un millón de euros de multa y diez años de inhabilitación.
En la vista de este lunes la dirigente del partido ultra tuvo que responder a las preguntas de la jueza sobre su relación laboral con Catherine Griset, quien fue su asistente parlamentaria en el PE entre 2010 y 2016.
La investigación interna del organismo europeo apuntó, sobre todo, al periodo entre octubre de 2014 y agosto de 2015, cuando Griset, antigua cuñada de Le Pen con la que trabaja desde hace décadas, habría pasado apenas 740 minutos en el PE, equivalente a 12 horas de trabajo.
La dirigente defendió que Griset -hoy europarlamentaria del RN- ha trabajado efectivamente para ella y citó que le recogía la correspondencia, miraba el email y le organizaba los desplazamientos. "Yo no pongo un dedo en mi email del Parlamento (Europeo). Tampoco en mi email profesional. El único email que veo es el personal", expuso Le Pen, que comenzó su alegato de defensa con un tono de voz tenue.
Sin embargo, para justificar la ausencia de trabajo físico de Griset en el PE -algo a lo que estaba comprometida por contrato-, Le Pen tuvo que admitir que "dejó pasar" el cambio de estatuto de colaboradora europea a local.
"Ella me lo solicitó varias veces, pero lo fui dejando", insistió. Griset ganó, mensualmente, 2.654 euros entre 2010 y 2014 y 3.206 euros entre 2014 y 2016.