El referéndum sobre el estatus político de las Islas Malvinas ha dado como resultado un abrumador apoyo de los malvinenses a seguir bajo soberanía británica.
El recuento final de las papeletas y los porcentajes definitivos divulgados por la mesa electoral han mostrado que el 99,8% de los votantes dijeron "sí" a seguir siendo británicos, mientras que apenas un 0,2% -tres votos- se decantó por el "no".
Esta consulta, que contó con una participación del 92%, 1.518 personas, fue convocada por el Gobierno local en respuesta a las presiones del Gobierno argentino para forzar a Londres a sentarse a negociar sobre la soberanía de las islas.
Argentina reclama desde 1833 la soberanía de las Malvinas, y en el último año y medio ha intensificado la ofensiva diplomática.
Los votantes tenían que responder con un "sí" o un "no" a la pregunta de si querían que las Malvinas continuaran como territorio dependiente del Reino Unido de ultramar. Las islas están a 12.000 kilómetros de Londres y a menos de 500 de Argentina.
Esta votación ha contado con la supervisión de 10 observadores independientes procedentes de EE.UU, Canadá, México, Brasil, Chile y Nueva Zelanda. Estos tenían como objetivo verificar que el proceso electoral fuera justo y transparente, sin interferencia externa alguna.
Tras conocer los resultados, los habitantes de las islas tenían banderas británicas, cantaban y bailaban y se escuchaba el "Dios salve a la Reina", el himno de Reino Unido.
Jan Cheek, miembro de la Asamblea legislativa, ha dicho que el resultado ha sido "mucho mejor" de lo que esperaba "y ayudará a enviar un mensaje al mundo de que tienen que escucharnos".
Sin poder ocultar la alegría en el rostro, Cheek insistió en que los isleños quieren tener "una buena relación de vecindad" con Argentina y que quieren también que el vínculo sea amistoso.
El Gobierno argentino de Cristina Fernández ha dejado claro que no aceptará este referendo, que considera ilegal. Argentina insiste en que las islas fueron ocupadas por la fuerza por el Reino Unido en 1833 y considera que el archipiélago es una extensión de su plataforma continental.
La disputa por este territorio llevó a los dos países a enfrentarse en una guerra en 1982 después de que la junta militar argentina las ocupó por la fuerza el 2 de abril de ese año y terminó con la rendición de Buenos Aires el 14 de junio.
Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, ha pedido al Gobierno de Argentina que "respete" los deseos de los malvinenses, que han votado por abrumadora mayoría permanecer bajo soberanía británica.
"Los malvinenses no podrían haber sido más claros. Quieren seguir siendo británicos y ese punto de vista debería ser respetado por todo el mundo, incluida Argentina", ha sentenciado.