Las autoridades de Malasia han encontrado en el norte del país 28 campos clandestinos con 139 tumbas donde estarían los restos de inmigrantes indocumentados víctimas del tráfico de personas. A pesar del descubrimiento, aún no se ha determinado el número de cuerpos que hay en cada fosa.

Khalid Abu Bakar, inspector general de la policía, indicó que el hallazgo fue el resultado de una operación efectuada en el estado de Perlis entre el 11 y el 23 de mayo, días después de que se encontraran varias tumbas en otros campos clandestinos al otro lado de la frontera.

El ministro del Interior malasio, Ahmad Zahid Hamidi, avanzó que se habían encontrado una treintena de tumbas en 17 campamentos en Padang Baesar en los que se cree que fueron retenidos centenares de inmigrantes bangladeshíes y de la minoría musulmana rohinyá, perseguida en Birmania. 

El hallazgo de las primeras tumbas a principios de mes en el sur de Tailandia desencadenó una campaña contra el tráfico de personas que provocó la desbandada de las redes de tráfico.

En los siguientes días, unos 3.000 inmigrantes desembarcaron en Tailandia, Malasia e Indonesia, a pesar de los intentos de la marina de estos países por bloquear los barcos. Se cree que los traficantes abandonaron los navíos, dejando a hombres mujeres y niños en condiciones precarias.

A pesar del bloqueo, finalmente los Gobiernos de Indonesia y Malasia acordaron acoger temporalmente a todos los bengalíes y rohinyas siempre que la comunidad internacional se comprometa a repatriarlos en el plazo de un año.

Tailandia ha detenido al menos a 40 personas, en su mayoría políticos locales, relacionados con este tráfico humano. Además, han convocado a representantes de diferentes países y a organizaciones internacionales para abordar la crisis del tráfico de personas.