La 'Comandante Macha', como así conocen todos a Nahomy Urbina, tiene sólo 21 años pero es todo un símbolo de las protestas contra el Gobierno de Ortega. La joven libra dos batallas: la lucha por una Nicaragua libre y contra un cáncer linfático.
El Gobierno ha obligado a Nahomy a vivir en clandestinidad, ya que su vida en Nicaragua corre peligro. Sus compañeros activistas aseguran que está en el punto de mira del Gobierno.
"No podemos revelar su paradero por razones de seguridad" decía Fidel Ernesto, profesor universitario en Nicaragua. Huyó del país, primero a Costa Rica y luego a España donde buscó refugio: "No puedo volver. Me espera la muerte". Asegura que en su país nadie está seguro, ni siquiera en las iglesias.
Obispos y sacerdotes se han puesto de lado del pueblo y éste le ha devuelto el apoyo con una multitudinaria manifestación. "Ser golpista es dar un golpe de Estado y no tengo intención de dar un golpe al Estado" aseguraba Leopoldo Brener, cardenal de Nicaragua.
Tras más de tres meses de protestas y más de 300 muertos, Ortega se resiste a abandonar el poder. En su última entrevista a un medio de comunicación ha vuelto a decir que unas elecciones anticipadas crearían inestabilidad.
El país vive la crisis más sangrienta desde la década de 1980 y ya hay quien lo acusa de parecerse al exdictador Anastasio Somoza, a quien él ayudó a derrocar hace casi 40 años.