Desafiando la amenaza de hasta 10 años de cárcel, miles de venezolanos siguen en las calles protestando, respondiendo a la "toma del país" que hizo la oposición. "El pueblo que quiere democracia salga el domingo en todas las arterias principales del país donde nos vamos a concentrar", dice Henrique Capriles, opositor venezolano.

A solo un día para la votación de la Asamblea Constituye, las barricadas continúan en pie y las cargas policiales no cesan. Uno de los alcaldes, al que el gobierno acusa de haber alentado las protestas, ha sido arrestado.

Maduro avisa que nada pueden hacer más que rendirse, porque solo les espera una derrota. Un 30 de julio que marcará un antes y un después en Venezuela. "Si hay una Constituyente es porque se va a redactar una nueva Constitución", recuerda Luisa Ortega, fiscal de Venezuela.

Tras la votación de la Constituyente se oculta, dice la oposición, la intención de crear una nueva carta magna que daría al traste con el orden constitucional. "Esa Asamblea Constituyente tiene un origen espurio", asegura Juan Manuel Santos, presidente de Colombia.

Es por eso que la asistencia a las urnas será clave para leer el estado de salud del chavismo de Nicolás Maduro. Están llamados a votar más de 19 millones de venezolanos, pero se espera una asistencia a las urnas inferior al 25% del censo electoral, algo que se leería como un fracaso del oficialismo.