Ya han pasado 60 años desde la firma del Tratado de Roma, el primer paso para una Unión Europea: "Se trata de un experimento único en política internacional donde los Estados deciden renunciar a parte de su soberanía" explica Pol Morillas, investigador principal en CIDOB.
Pero no todo ha funcionado: la crisis económica de 2008 puso a prueba a Europa, su mercado único y esa manera de aplicar el euro. De nuevo, encima de la mesa las internas diferencias entre países pobres y ricos del norte y del sur.
Las dos grandes potencias, Alemania y Francia, marcan la pauta en los rescates que no convencen a todos: "Alemania abusó de su posición de dominio político y no permitió una restructuración de la deuda griega en 2009" explica Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano.
La nefasta gestión en la crisis de los refugiados o el Brexit tampoco han ayudado a una Unión Europea amenazada por los movimientos de extrema derecha. Tras la derrota en Austria y Holanda, todo se juega a una sola carta: "si gana Le pen existe una probabilidad alta de destruir completamente la Unión Europea" defiende Steinberg.
Pase lo que pase en Francia para los expertos si Europa quiere salvar a la Unión, hay que decidir qué hacer con esa Europa de las dos velocidades. El núcleo duro que apuesta por una mayor integración frente a países del este reacios a perder parte de su soberanía. Una decisión en la que la nueva sociedad europea pide estar presente.