El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado este viernes que la evacuación desde Kabul es "una de las más grandes y más difíciles de la historia" ante el caos en el aeropuerto de la capital afgana, desde donde miles de personas intentan salir del país, tomado por los talibanes.
Biden ha hecho estas declaraciones en rueda de prensa desde la Casa Blanca, mientras continúan las evacuaciones de estadounidenses y sus aliados de Afganistán. Hasta el momento, Washington ha sacado de allí a unas 13.000 personas desde el pasado 14 de agosto.
"Tenemos una misión increíblemente difícil que cumplir", ha reconocido el presidente, que ha resaltado el "enorme" desafío logístico que supone el operativo y ha salido al paso de las críticas acerca del bloqueo de los talibanes a la llegada al aeropuerto de afganos que colaboraron con las fuerzas estadounidenses, pese al compromiso alcanzado con los insurgentes, según Washington, de ofrecer un corredor seguro.
"Vamos a hacer todo lo posible, todo lo que podamos, para ofrecer una evacuación segura a nuestros aliados y socios afganos, así como a los afganos que puedan ser perseguidos por su relación con EEUU", ha prometido el mandatario demócrata, que asimismo ha asegurado que las fuerzas de EEUU sacarán de Afganistán a todos aquellos estadounidenses que quieran regresar a casa.
Biden también ha insistido en la necesidad de concentrar la presión internacional sobre los talibanes respecto al trato que dan a los afganos, en particular a las mujeres y niñas, ante la inquietud generada por su llegada al poder.
Estados Unidos inició la retirada de sus tropas de Afganistán el pasado mes de mayo, pero se ha visto obligado a acelerar la evacuación de los estadounidenses que quedan en Afganistán y de sus aliados tras el rápido avance de los talibanes, que el domingo tomaron Kabul y controlan casi todo el país tras la huida del presidente Ashraf Ghani.
Además, EEUU ha enviado refuerzos militares al país asiático para garantizar la seguridad del aeropuerto, tras la caída de la capital a manos de los insurgentes, que pilló por sorpresa a Washington.