La rebelión comenzó la tarde del miércoles en un centro de detención provisional de la localidad de Taubaté, en el interior del estado de Sao Paulo. Los reclusos hicieron en total a trece personas rehenes, entre ellas dos agentes penitenciarios y once religiosos, todos ellos ya liberados, según la Secretaría de Administración Penitenciaria, citada por medios locales, que no informó del motivo del motín.

Las rebeliones son constantes en las cárceles de Brasil, cuyo sistema penitenciario es considerado por algunas organizaciones internacionales como uno de los "peores" y "más inhumanos" del mundo debido a los altos índices de hacinamiento y las pésimas condiciones en la que se encuentran los internos.

Según datos divulgados por el Fórum Brasileño de Seguridad Publica, la población carcelaria en Brasil alcanzó las 729.463 personas, lo que supone cerca del doble de su capacidad. El saldo posiciona a Brasil como el país con la tercera mayor población carcelaria en números absolutos en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos y China.