La matanza escolar en Newtown (Connecticut), una de las peores perpetradas en Estados Unidos, quedará sin respuestas, después de que la fiscalía anunciara que los motivos del tiroteo podrían no llegar a conocerse nunca.
La cuestión de por qué el autor, Adam Lanza, cometió la matanza "puede quedar para siempre sin respuesta concluyente", según el informe divulgado por la fiscalía de Connecticut sobre la tragedia, ocurrida el 14 de diciembre de 2012, en la que el tirador asesinó a veinte niños y a seis adultos tras matar a su madre.
Las evidencias recogidas "muestran claramente que el tirador planeó sus acciones, incluyendo quitarse la vida, pero no hay indicios claros de por qué lo hizo o por qué atacó la escuela Sandy Hook", añade el documento.
A falta de motivos, el documento ofrece algunos nuevos detalles, como que Lanza se había comunicado durante los últimos tres meses con su madre, con la que vivía en la misma casa, a través del correo electrónico.
El informe sí señala claramente que Lanza estaba obsesionado con matanzas masivas, especialmente con el tiroteo escolar del instituto Columbine, cometido en 1999, ya que en la habitación de su casa se encontró abundante material sobre ese suceso.
En cambio, se apunta que Lanza tenía "significativos problemas de salud mental que afectaban a su capacidad de llevar una vida normal y de interactuar con otros", y se recuerda que en 2005 había sido diagnosticado con síndrome de Asperger, una variante de autismo que causa "discapacidades sociales y ansiedad extrema".
El análisis toxicológico determinó que en el cadáver de Lanza no había restos de alcohol, drogas o medicamentos opiáceos. La conclusión de la fiscalía es que "el tirador actuó solo y sólo él fue criminalmente responsable de sus hechos ese día".