La Mallorca de playas paradisíacas y destino turístico por excelencia tiene tres proyectos que aspiran a transformarla por completo, sin dejar atrás su potencial para los visitantes. El campo de pruebas es Alcúdia, la población que sirve de punta de lanza para la tríada de iniciativas financiadas con fondos europeos.

El primero de ellos aspira a reutilizar y reconvertir los molinos que son parte del paisaje rural y que servían para extraer agua en nuevas fuentes de energía limpia. "El objetivo es tener energía eléctrica", sostiene el presidente de los Amigos de los Molinos de Mallorca, José Pascual. "La idea de cargar las baterías de los coches nos ha seducido desde el principio. También para generar hidrógeno verde", sostiene.

Estos molinos generarán energía que se utilizará para producir hidrógeno verde, que se pretende almacenar y utilizar en el puerto de la ciudad. El director del proyecto Alcúdia Tech Mar, Bartolomeu Roseló i Boeres, asegura que ya hay acuerdos para utilizarlo con las líneas marítimas que operan en la localidad.

Otro proyecto busca convertir una central térmica que lleva 38 años sin utilizarse en un centro de investigación puntero. "Debemos diversificar un espacio degradado con una singularidad: la descarbonización del mar", indica Roselló.

El turismo también se va a beneficiar de estos proyectos transformadores. Uno de ellos va a ser financiado por los fondos Next Generation y busca convertir el lago mayor en un referente internacional para el piragüismo. "Esto va a ser único y va a ser internacional. Vamos a poder hacer competiciones internacionales", asevera el conseller de Turismo del Consell de Mallorca, Andreu Serra.

El objetivo: una transición turística basada en la sostenibilidad y el respeto medioambiental como marca el Parlamento Europeo.