El FBI ha robado a la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, el mensaje positivo con el que quería convencer a los indecisos, obligándola a pasar a la ofensiva contra su rival, Donald Trump, satisfecho con el renacer de la polémica de los correos.

En opinión de los analistas, el inesperado anuncio del FBI podría tener un gran impacto en el pequeño porcentaje de entre el 3 y el 5 % del electorado que se mantiene indeciso y que podría no acudir a las urnas el 8 de noviembre para elegir al próximo Presidente de Estados Unidos y a buena parte de los legisladores del Congreso.

Clinton tenía planeado centrarse en los votantes indecisos en los últimos días de su campaña, pero ahora debe enfrentarse a la polémica surgida tras el anuncio de una nueva investigación sobre el uso que hizo de servidores de correo privados para tratar asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013).

Al respecto, el entorno de Hillary Clinton denuncia que el FBI ha tenido una doble vara de medir y todo a pesar de que, a petición del Departamento de Justicia de Estados Unidos, el FBI acordó este verano no tomar medidas para hacer pública información relacionada con los dos polémicos casos que envuelven a los candidatos presidenciales.