La ciudad italiana de L'Aquila sigue luchando por volver a ser la misma tras el terremoto que sufrió el seis de abril de 2009. En él, murieron 309 personas, más de 1.500 quedaron heridas y más de 50.000 víctimas perdieron sus casas.

"Lo deseo de verdad, con todo corazón, que L'Aquila vuelva a ser como era antes", asegura una residente. Han pasado siete años desde entonces y el centro histórico sigue dormido. "Vas a dar una vuelta y la mayor parte son obreros y grúas. Tienes que ir sorteando obstáculos y el ambiente, lleno de polvo y ruido, no te ayuda", declara una joven vecina.

Pocos son los atrevidos que han abierto ya sus comercios, pero la mayoría todavía hiberna entre andamios de hierro y paneles de madera. El turismo nacional ha desaparecido. "El centro histórico todavía se mueve poco, con quien se trabaja ahora es con los obreros que han venido a reconstruirlo", explica un comerciante de la zona.

Sin embargo, los 14 millones de euros presupuestados para las obras no se pusieron en marcha hasta cinco años despues del terremoto, provocando un retraso con episodios de corrupción y un poco de mafia italiana. Pero el pueblo no se rinde sigue recordando todos los años, con la luz de sus antorchas, a sus víctimas caídas.