Los líderes de la Unión Europea a 27 exigirán de nuevo este miércoles a la primera ministra británica, Theresa May, un plan creíble a cambio de retrasar el Brexit para evitar un divorcio caótico, si bien impondrán una prórroga mayor que la que quieren los británicos y sujeta a condiciones para que Londres no bloquee el funcionamiento de la UE mientras siga siendo Estado miembro.

"A veces es necesario dar tiempo al tiempo", ha escrito el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al publicar la carta de invitación a la cumbre extraordinaria, en la que asume que "no hay soluciones fáciles" para esta crisis, pero pide al bloque una reflexión "abierta, creativa y constructiva".

Tusk descarta en su misiva la prórroga hasta el 30 de junio que pedirá May, porque dice que las profundas divisiones en la Cámara de los Comunes y la experiencia reciente hacen pensar que hay pocas posibilidades de que para entonces el acuerdo de divorcio haya sido ratificado en Westminster.

Los Veintisiete ya negaron este modelo de prórroga a May en la cumbre de marzo, cuando le ofrecieron retrasar el Brexit hasta el 12 de abril con la condición de que buscara alternativas factibles y realistas para desbloquear la situación.

El diálogo que May estableció entonces con el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, para buscar una solución capaz de sumar una mayoría en el Parlamento británico se mantiene aún abierto, pero no ha dado frutos por el momento.

Por ello, la propuesta que Tusk llevará a la mesa será la de un aplazamiento a más largo plazo, de cerca de un año, aunque el periodo exacto se ha dejado en manos de los propios líderes, si bien será un calendario flexible ya que Reino Unido podrá irse antes del club si logra ratificar el acuerdo de divorcio.

Con todo, el presidente del Consejo Europeo pide que sea cual sea el devenir de la discusión del miércoles, cuando May vea por segunda vez rechazada su propuesta de junio, que no se dejen influir por "emociones negativas".