Como en los años de la guerra fría, Estados Unidos y Rusia han vuelto a reunirse en un país neutral. Se trata de un primer encuentro en Suiza para rebajar la escalada de tensión por Ucrania.

Antes del encuentro el presidente Vladimir Putin ya elevaba el tono y ha llevado a esa mesa de negociación el mensaje que lleva repitiendo días: él no ha puesto sus misiles a las puertas de Estados Unidos. Biden, en cambio, sí.

El diálogo estratégico mantenido por ambos países en dicha reunión finalizó con posturas aún muy enfrentadas, ya que Moscú pide a Washington y la OTAN que retrocedan en el este europeo mientras la diplomacia norteamericana defiende que nadie puede exigir a otros países con quién aliarse.

Las delegaciones, con altos representantes de AAEE, Defensa y control de armamento entre otras carteras, mantuvieron un largo encuentro de unas nueve horas en la Embajada de EEUU ante la ONU en Ginebra, que fue calificado por la parte rusa como una reunión "sin eufemismos ni intentos de evitar temas delicados".

La delegación de Rusia, encabezada por el viceministro de Exteriores Serguéi Riabkov, reiteró en el diálogo la petición de que la OTAN se comprometa a no expandirse a zonas de la antigua órbita soviética, ni desplegar futuro armamento capaz de llegar a suelo ruso.

"La situación no puede continuar como en décadas pasadas", aseguró el "número dos" de la diplomacia rusa, quien aseguró que es la OTAN la que debe dar los primeros pasos de "repliegue" tras haber avanzado en Europa Oriental con sus ampliaciones de miembros en 1999 y 2004 (que incluyeron las tres repúblicas bálticas).

La delegación estadounidense, con la subsecretaria de Estado Wendy Sherman a la cabeza, no se mostró abiertamente contraria a las propuestas rusas, pero sí advirtió que Moscú no puede exigir a países como Ucrania que den la espalda a la OTAN o a la actual ayuda estadounidense en materia de seguridad. "Un país no puede cambiar la frontera de otro por la fuerza, dictar los términos de terceros países o prohibirles tener alianzas", advirtió Sherman en la rueda de prensa telefónica posterior a las reuniones.

"Rusia invadió Ucrania en 2014, alimenta una guerra civil en la parte oriental de ese país, y sus acciones actuales han creado una nueva crisis para toda Europa", alertó la subsecretaria de Estado.

"Putin podría estar ganando la partida"

Siete años después del acuerdo sobre papel para poner fin a la guerra de Ucrania, allí sólo van de alto el fuego en alto el fuego con escaramuzas constantes. Y con Rusia amasando tropas y haciendo maniobras en la frontera, Kiev y Occidente temen que prepare una invasión mientras mantiene el apoyo a los separatistas prorrusos en el este del país. Ucrania centra la agenda de la reunión entre Estados Unidos y Rusia en Ginebra.

La ciudad suiza se ha convertido en terreno neutral para unas reuniones que Moscú ya anticipaba en la noche del domingo como "difíciles". Las razones: Putin no quiere que Ucrania y otras repúblicas exsoviéticas entren en la OTAN. Tampoco que la Alianza tenga bases, tropas o misiles en esos países apuntando a Rusia. "¿Hemos puesto nosotros misiles en la fronteras de Estados Unidos? No, es Estados Unidos el que ha venido con sus misiles", ha señalado el presidente ruso.

"Putin podría estar ganando la partida. Sabe que si desestabiliza parte del territorio es muy poco probable que la OTAN incorpore a Ucrania. La cuestión es que Moscú no solo intenta evitar esa ampliación de la OTAN, sino que también quiere controlar la voluntad soberana de algunos de estos estados", ha explicado Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid. Expectativas bajas ante un ecuentro que llega con las relaciones más tensas entre Washington y Moscú desde la Guerra Fría.