Los refugiados del campamento de Lipa, en Bosnia, que quedó arrasado por un incendio en Nochebuena, lamentan que son tratados "como animales". A estos cientos de migrantes que protestan contra las inhumanas condiciones en las que están viviendo solo les queda la huelga de hambre como forma de protesta.

"No tienen humanidad; no hay humanidad", lamenta uno de los refugiados que duermen al raso y sobre los restos dejados por las llamas a temperaturas que llegan a los cinco grados bajo cero. Algunos tienen dinero suficiente para ir a un hotel, pero la ley les impide salir y los bosnios de los alrededores tampoco quieren recibirlos.

Además, las tiendas de campaña que están construyendo los militares no cumplen con los requisitos internacionales. Estos factores hacen que el destino de muchas personas que huyen de la guerra, a los que les esperan semanas aún más complicadas, sea incierto.

Por su parte, al menos 600 refugiados corrieron hacia la montaña en el momento del incendio con lo puesto y sin agua ni alimentos. En este sentido, Bárbara Bécares, coordinadora de Comunicación de 'No Name Kitchen' señala que "hay gente que ha conseguido escapar y está en refugios de montaña". Ahora la Organización 'No Name Kitchen' les manda comida y mantas a aquellos que consiguen enviarles la ubicación por el móvil.

Sin embargo, desde la organización denuncian que los que son enviados de vuelta a Croacia reciben el trato vejatorio de la Policía croata: "Les queman la espalda con agua caliente; este tipo de prácticas es común y desde 'No Name Kitchen' llevamos reportándolo hará cerca de tres años", manifiesta Bárbara Bécares.