Comenzamos a transitar por la tercera semana de la invasión de Rusia a Ucrania. Las vías diplomáticas siguen sin encontrar una solución a la guerra mientras miles de ucranianos han huido ya del país. Sólo en el último día han salido de Ucrania 40.000 personas a través de los corredores humanitarios. Un éxodo que está poniendo a prueba la capacidad de asistencia en la frontera.

Mientras, la guerra continúa. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, denuncia que Rusia no ha cesado los ataques en Mariúpol y Volnovaja. Así, Rusia ha ampliado sus ataques hacia el oeste, acercándose a 87 kilómetros del territorio de la Unión Europea.

Sin ir más lejos, dos ciudades ucranianas han sufrido nuevos bombardeos esta madrugada. Las tropas rusas han bombardeado Dnipró, la cuarta ciudad más poblada de Ucrania con cerca de un millón de habitantes. Los ataques han matado al menos a una persona, según el Servicio Estatal de Emergencias ucranio. El organismo ha informado de que algunos ataques se produjeron cerca de una guardería y de un edificio residencial.

Mientras, Igor Polischuk, el alcalde de Lutsk (una urbe de 200.000 habitantes cercana a la frontera con Polonia) también ha denunciado haber sufrido bombardeos en las últimas horas: "Explosiones cerca del aeródromo. ¡Todos al refugio!", ha dicho a través de Facebook el regidor, que ha pedido a los vecinos que no publiquen fotos ni direcciones.

Por su parte, el Ejército ruso ha reconocido haber lanzado este viernes dos "ataques de alta precisión" en dos aeropuertos militares situados en Lutsk e Ivano-Frankivsk (muy cerca de la anterior), según ha dicho Igor Konashenkov, portavoz del Ministerio de Defensa ruso y recogen varias agencias rusas.

Esta es la primera vez que estas dos ciudades sufren ataques desde que hace 16 días comenzó la invasión rusa de Ucrania.

Ya avanzado el día, el asedio ruso a Ucrania se ha ampliado. Las autoridades locales de la región de Járkov han denunciado que el Ejército ruso ha bombardeado un hospital psiquiátrico de la localidad de Oskol donde convalecían al menos 330 pacientes, aunque el ataque no ha dejado víctimas. El ataque ha tenido lugar contra el Instituto Psiconeurológico de la localidad de Oskil, en el centro-este del país y muy próxima al frente de combate de Lugansk.

La explosión, causada por al menos un proyectil, provocó "la destrucción de los pisos segundo y tercero" cuando "todo el personal de la institución y 330 pacientes (principalmente ancianos y discapacitados) estaban refugiados en el momento del ataque". Posteriores ataques han causado además daños en "estructuras locales" de varios lugares, han añadido las autoridades.

La situación que vive la ciudad de Járkov es protagonista de un reportaje de la BBC, que durante una semana ha acompañado a las tropas ucranianas. Las imágenes, que se pueden ver aquí, muestran lo peor de la guerra. Cadáveres de soldados tendidos sobre la nieve por calles, avenidas vacías y edificios totalmente arrasados.

Las autoridades ucranianas han denunciado en varias ocasiones que el Ejército ruso está disparando deliberadamente contra varias instalaciones médicas del país, sobre todo durante los últimos días en la ciudad de Mariúpol, que se encuentra en el sureste de Ucrania y cuya conquista es clave para las aspiraciones de Rusia de unir la península de Crimea con los territorios rebeldes del Donbás.

A estos ataques a soportes médicos vitales en Ucrania se suman los ataques diarios a la población civil que intenta huir del país, sin corredores humanitarios seguros. Precisamente en Mariúpol, miles de personas están al límite, sin comida, medicamentos, agua ni electricidad y bajo los bombardeos constantes.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha insistido en que una "confrontación directa" entre la OTAN y Rusia supondría "la III Guerra Mundial", un escenario que aboga por "esforzarse por evitar".