La muerte del general Qasem Soleimaní la semana pasada en un ataque militar estadounidense revivió el miedo de una guerra entre Irán y
Estados Unidos. Una tensión que ha acabado con un ataque con misiles balísticos lanzado este martes desde ese país contra dos bases aéreas en territorio iraquí que albergan tropas estadounidenses.
El Pentágono confirmó que el ataque, una posible represalia
de Irán por el asesinato de Soleimaní, se produjo contra las bases de Al Asad y
Erbil. Un portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, afirmó en un comunicado que
todavía no está claro si ha habido víctimas y que están trabajando en las evaluaciones
iniciales de los daños y a pesar de que Trump ha afirmado que "todo está bien",
la tensión por una posible guerra se dispara.
Los medios de todo el mundo están a la espera de que Trump haga
este jueves una declaración al respecto. "Tenemos el ejército más poderoso
y bien equipado en cualquier parte del mundo, con diferencia", escribió el
gobernante en su cuenta de Twitter.
Todo apunta a que, con un proceso de impeachment abierto por
abuso de poder, su estrategia en este año electoral puede ser agitar el miedo a
una guerra. Pero la hemeroteca le puede jugar una mala pasada al presidente
estadounidense, que en noviembre de 2011 atacaba a Obama acusándole de querer
iniciar una guerra con ese país por no tener "capacidad de negociación".
"Nuestro presidente comenzará una guerra con Irán porque no
tiene absolutamente ninguna capacidad de negociación. Es débil y es ineficaz. Entonces,
la única forma con la que él cree que puede ser reelegido es comenzando una
guerra con Irán".
Ahora, con todas las alarmas disparadas por la tensión entre
los países, el presidente estadounidense deberá hacer frente a una decisión muy
delicada.