En una rueda de prensa, la policía explicó que el crimen sucedió durante una visita rutinaria de los funcionarios de los servicios de protección de la infancia a la casa de la familia que tenía la tutela del pequeño en la isla de Stord, al oeste del país.
El niño de tres años, en acogida al no poder atenderlo sus padres biológicos por problemas de drogas, según el diario "Bergens Tidende", fue encontrado con graves heridas punzantes ante la casa.
El padre del adolescente de 13 años, que ha confesado el crimen, también resultó herido en el suceso, aunque de levedad, y permanece hospitalizado.
La policía no explicó los motivos del crimen del que se responsabilizó el adolescente, que no tiene edad para ser acusado penalmente y se encuentra bajo la custodia de los servicios sociales.
Los habitantes de la isla de Stord, relatan los medios locales, se encuentran conmocionados por lo ocurrido y equipos de psicólogos y enfermeros estudian cómo ayudar a la comunidad y explicar el lunes en los colegios lo sucedido.
"Es una tragedia terrible", "se necesitará tiempo para asimilarlo", manifestó a la agencia noruega de noticias NTB Liv Kari Eskeland, la alcaldesa de Stord.