El presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado nuevas medidas para abastecer el mercado ante la escasez sin precedentes en Estados Unidos de fórmula para lactantes. Entre ellas, la recuperación de una ley de los años cincuenta en plena Guerra de Corea.

El mandatario ha autorizado al Departamento de Defensa a usar los contratos que tiene con aerolíneas comerciales para importar la leche en polvo desde cualquier lugar del mundo en lo que la Casa Blanca bautizó como "Operation Fly Formula" (Operación para llevar en avión la leche de bebés).

Además, Biden ha invocado una ley que data de la Guerra Fría para acelerar la producción de ese alimento lácteo en Estados Unidos, tal y como ha explicado la Casa Blanca en un comunicado.

La ley que invocó Biden es la llamada "Defense Production Act", que data del inicio de la Guerra de Corea en 1950 y permite al presidente de EE.UU. movilizar recursos del sector privado a través del Pentágono para responder a determinadas situaciones.

En concreto, esa acción obligará a las empresas que fabrican los ingredientes del preparado lácteo a priorizar a aquellos clientes que se dedican a manufacturar el producto final.

Nueva York declara el estado de emergencia

Por su parte, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, ha declarado el estado de emergencia debido a la escasez de fórmula infantil tanto en la metrópolis como en todo el país. El alcalde ha dado permiso al Departamento de Protección al Consumidor y al Trabajador para evitar la disparidad y el aumento de precios.

"La escasez de fórmula infantil en todo el país ha causado un dolor y una ansiedad inimaginables para las familias de Nueva York, y debemos actuar con urgencia", ha declarado Adams en el comunicado, recogido por la cadena CNN.

Problemas de suministro global

En las últimas semanas, encontrar leche en polvo para bebés ha sido todo un reto para los padres en distintos estados del país, un asunto que se ha convertido en arma arrojadiza entre republicanos y demócratas.

La escasez fue provocada por los problemas de suministro global ocasionados por la pandemia de COVID-19 y las dificultades en la planta de producción que Abbott, el principal fabricante de leche para lactantes en EE.UU., tiene en Sturgis (Michigan).

Los problemas de existencias se agudizaron en febrero cuando Abbott retiró la fórmula que salía de su planta en Michigan, que se comercializaba bajo las marcas Similac, Alimentum y EleCare, después de que cuatro bebés sufrieran una infección bacteriana y dos de ellos fallecieran.

Abbott anunció esta semana que alcanzó un acuerdo con la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés) para reabrir pronto su planta en Michigan.