"En las últimas décadas hemos hecho grandes progresos en las relaciones raciales, he sido testigo de ello en mi propia vida, pero sigue habiendo problemas, las comunidades de color no se los inventan. (...),dijo Obama en una declaración no prevista desde la Casa Blanca. "Este no es sólo un asunto de Ferguson, este es un asunto de todo Estados Unidos", añadió el presidente, que compareció pocos minutos después de la esperada decisión del gran jurado sobre un caso que desató en agosto una gran ola de disturbios raciales y en el que convergen el debate racial y el de la violencia policial.
Obama comenzó su alocución recordando que los padres de Michael Brown han pedido evitar la violencia en las protestas y, en su lugar, abogan por un debate constructivo que promueva cambios para que la muerte de su hijo no sea en vano. "A los que estáis en Ferguson, hay maneras de canalizar vuestras preocupaciones constructivamente", subrayó el presidente en un discurso de nueve minutos, en el que admitió que el malestar es "comprensible" pero llamó a aceptar la decisión judicial.
La familia de Brown había pedido una respuesta pacífica y cuatro minutos y medio de silencio tras conocer el fallo, pero inmediatamente se desataron los primeros altercados en Ferguson. Por el momento se han podido ver imágenes de destrozos en vehículos y ventanas, mientras testigos aseguran que la policía del condado de San Luis usa gas lacrimógeno y los agentes defienden que solo es "humo" para dispersar las protestas.