Austria ha anunciado que levantará una valla en parte de su frontera con Eslovenia para gestionar el flujo de miles de refugiados que llegan al país cada día, indicó la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner.
La ministra ya mencionó la posible construcción de una "barrera técnica" pero evitó la palabra 'valla', aunque ha reconocido que ésta se levantará, pero no con el fin de cerrar la frontera sino para permitir un tránsito ordenado. "Se trata de permitir un acceso ordenado y controlado, no de cerrar nuestras fronteras", aseguró Mikl-Leitner, en una entrevista con la radio pública austríaca.
Por el momento no hay más detalles sobre cuándo se empezaría a construir este tipo de barrera. La ministra aseguró que el país debía estar preparado en caso de que la crisis empeorase y recordó que en los últimos días algunos grupos de refugiados se habían comportado de forma "agresiva".
En la última semana algunos grupos de varios miles de refugiados rompieron el cordón policial para entrar en Austria desde la frontera con Eslovenia, después de esperar horas en medio de las bajas temperaturas otoñales.
La medida llega después de que las autoridades regionales alemanas de Baviera acusaran a Austria de enviarles a miles de refugiados sin haberlos registrado y de manera incontrolada.
La ministra austríaca respondió a esas críticas diciendo que la actual afluencia masiva de refugiados se debe a la promesa del Gobierno alemán de no devolver a los refugiados sirios al primer país por el que entraron a la Unión Europea, como establecen las normas comunitarias de asilo.
Los planes para estas vallas han aparecido en varios medios de comunicación, que mencionan "una barrera técnica de varios kilómetros a la izquierda y la derecha de los pasos fronterizos". El Gobierno austríaco, formado por socialdemócratas y conservadores, ha mostrado división a la hora de abordar la crisis de los refugiados.