Los asesinatos, que suponen el primer ataque de este tipo a esta comunidad en el país, se produjeron en el interior de una vivienda de la capital bangladesí a última de la tarde, dijo el portavoz de la Policía local, Marouf Hussain.
Según este oficial, una de las víctimas trabajaba para la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID). El portavoz apuntó que están "investigando" los detalles de lo ocurrido y aseveró que es pronto para determinar el móvil del crimen, aunque no descartó la implicación de extremistas islámicos.
Una fuente del colectivo que pidió el anonimato indicó que cinco hombres irrumpieron en el domicilio de una de las víctimas, que tenían unos 27 y 40 años, respectivamente, y eran miembros destacados del comité organizador de Roopbaan.
Confirmó, asimismo, que uno de los fallecidos era empleado de la USAID y estaba amenazado de muerte. El colectivo fue fundado en 2014 y ese mismo año lanzó la primera revista en línea para la comunidad LGTB de Bangladesh, con la que promueven sus derechos con actos como el desfile que hace diez días se saldó con cuatro detenidos en la ciudad en medio de las celebraciones del año nuevo bengalí.
En Bangladesh, la homosexualidad está estipulada como delito y la sección 377 del Código penal prevé penas de hasta cadena perpetua, y aunque en la práctica las demandas no prosperan en los tribunales, la comunidad sufre continuos casos de discriminación.
El suceso se produce apenas dos días después del asesinato de un profesor universitario, en un caso que siguió el patrón de los recientes ataques perpetrados en el país por extremistas islámicos, aunque las autoridades no han confirmado este extremo.
Varios activistas laicos críticos con el integrismo religioso murieron violentamente en los últimos meses en Bangladesh, el último de ellos a comienzos de abril, cuando murió a machetazos un estudiante de Derecho.
En 2015 otros cinco pensadores seculares críticos con el integrismo islámico fueron asesinados, incluido el reconocido escritor Avijit Roy, cuya muerte abrió esta serie de atentados. La Policía ha atribuido esas acciones al grupo extremista local Anasarullah Bangla Team (ABT) y ha efectuado algunos arrestos, aunque los activistas denuncian falta de justicia y una situación de inseguridad que ha llevado a blogueros y pensadores a limitar movimientos o exiliarse en el extranjero.
Además, se han producido ataques contra ciudadanos extranjeros y representantes de minorías religiosas, que a menudo han sido reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), si bien las autoridades los atribuyen a una organización autóctona.