Un año más los antiabortistas se han manifestado en Washington bajo la llamada 'Marcha por la Vida'. Este año lo han hecho con un gran éxito en su bolsillo: la anulación del veredicto "Roe contra Wade" que eliminó el derecho constitucional del aborto y dejó en manos de cada Estado la decisión de autorizar o no la protección voluntaria del embarazo. Están contentos con la victoria, pero han dejado dejan claro que la lucha solo acaba de empezar: "No pararemos hasta que el aborto sea algo impensable".

La protesta que desde 1974 convoca cada año la organización March For Life tuvo esta vez una importancia simbólica. Se celebró en vísperas del 50 aniversario este domingo de la legalización del aborto y meses después de que la máxima instancia judicial estadounidense derogara su fallo de hace medio siglo. Miles de personas, muchas de ellas estudiantes y con hábitos religiosos, acudieron al llamamiento en el National Mall, en Washington, en dirección hacia el Capitolio y el Tribunal Supremo, reflejando así que su batalla prosigue tanto en las calles como en las cortes.

"Este año conmemoramos nuestra victoria más significativa, pero no pararemos", dijo al público la presidenta de March for Life, Jeanne Mancini. Cuando el Supremo revocó en junio el fallo "Roe contra Wade" dejó en manos de cada Estado la decisión de autorizar o no la protección voluntaria del embarazo. Desde el fallo del Supremo, según datos de Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de servicios reproductivos de EE.UU., 18 de los 50 estados han prohibido el aborto o lo han restringido severamente, y en 13 de ellos el acceso a ese servicio es en la práctica imposible aunque haya excepciones.

La batalla de los detractores del aborto, tal y como afirmó en el escenario el nuevo líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja, Steve Scalise, "ha durado décadas": "Es importante que celebremos cada logro en el camino. Sigamos la lucha y ganémosla", sostuvo. March for Life calcula que en Estados Unidos hay unos 900.000 abortos cada año y señala que esa cifra se espera que descienda hasta los 200.000 tras la sentencia del Supremo.

El movimiento "provida" va más allá de la abolición total. En palabras de la Sociedad Estadounidense para la Defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad (TFP), presente en la marcha, "no se debe descansar hasta que toda la destrucción moral que llegó con la revolución sexual haya acabado". La Casa Blanca dejó claro este viernes que respeta el derecho a una manifestación pacífica, pero el presidente, Joe Biden, subrayó igualmente que su Administración no parará hasta restaurar el derecho al aborto en todo el país y hasta que el Congreso lo inscriba en la Constitución.