Una víctima directa del dolor de la guerra en Israel es Ofelia, una mujer argentina de 77 años residente en el kibutz Nir Oz. Fue secuestrada a primera hora del sábado junto a más vecinos.

Su familia, en vilo, cuenta cómo fue ese momento. Habla Pablo Roitman, hijo de Ofelia: "Fueron capturados por terroristas salvajes de Hamás. No dejaron nada. Quemaron, robaron, mataron, asesinaron a decenas de personas y quedaron muy pocos sobrevivientes".

Los asaltantes entraron en el asentamiento de Ofelia mientras se comunicaban vía móvil con su hijo Pablo, quien le pide cerrar la puerta, silenciar el teléfono y refugiarse en la habitación de seguridad. Ella escucha disparos.

A las 9:28 de la mañana del sábado, Ofelia escribe su último mensaje: "Hay muchos tiros que se escuchan". Desde entonces, los Roitman no saben nada de ella. "No sabemos nada, pedimos que sean liberados. Necesitamos la ayuda de todo el mundo en esto", asegura su hijo Pablo.

Ofelia y su familia viven en Israel desde 1985. Su esposo, hospitalizado por una caída, no se encontraba en el kibutz en el momento del asalto. Tienen tres hijos y nueve nietos, todos residentes en Israel.

Desde Argentina, su sobrino Hernán Feler, periodista deportivo, difunde en redes sociales la pesadilla de su tía. Además, cuenta a laSexta Noticias su mayor anhelo: "El deseo mayor es que mi tía pueda volver a casa. Que no esté sufriendo. Que esté lo mejor posible". Es la esperanza a la que se aferra la familia en estos duros momentos de incertidumbre.