Los líderes de los países más industrializados (G8) se reúnen durante dos días en un idílico paraje de Irlanda del Norte para tratar, desde posiciones diversas, el conflicto en Siria y la situación económica mundial.

Entre fuertes medidas de seguridad, los primeros ministros o presidentes de EEUU, Japón, Francia, Italia, Canadá, Alemania, Rusia y el anfitrión Reino Unido comienzan una cumbre de apenas 24 horas, con una agenda muy apretada, que incluye asuntos como la lucha contra el terrorismo, la evasión fiscal y la liberalización comercial.

Previamente el presidente de EEUU, Barack Obama, pronunciará un discurso en el ayuntamiento de Belfast para expresar su respaldo al afianzamiento de la paz entre dos comunidades divididas durante décadas en Irlanda del Norte.

Obama llega a la cumbre del G8 precedido por su confirmación de que Al Asad ha usado armas químicas contra los rebeldes, posición que apoya David Cameron, mientras Vladimir Putin sigue expresando rechazo frontal a cualquier intento de desestabilizar al régimen sirio.

Cameron y Putin mantuvieron un encuentro en Londres en el que aseguraron que buscarán acercar posiciones en la cumbre del G8, y el presidente ruso mantendrá otra reunión bilateral con Obama con la crisis siria como telón de fondo.