En el barrio de Neuperlach Südos, en Múnich, sus residentes realizaron una campaña para edificar un muro, tras trasladar a 160 refugiados jóvenes a menos de 100 metros de la zona residencial, según publica el medio alemán Spiegel.

Además, éstos mostraron su preocupación por el ruido y el comportamiento de los refugiados. Por ello el juez del Tribunal Administrativo de Múnich aprobó su construcción.

Los críticos recalcan que esto es una prueba de que la política de refugiados de Ángela Merkel no está funcionado.

El vicepresidente del distrito, Guido Bucholtz, declaró que se asustó cuando vio "ese monstruo de pared". Tiene una altura de cuatro metros, es más alto que el muro de Berlín, ya que los ingenieros explicaron que tiene que tener esta altura para un aislamiento acústico eficaz.

Desde principios de año se han registrado 1.800 ataques contra solicitantes de asilo. De estos, 200 han acabado con lesiones graves contra los refugiados.