Es la imagen de la vergüenza y el sonido de la desesperación. 2016 se ha convertido en el año con más muertes de migrantes y refugiados en todo el mundo. La mayor parte de estas historias se han ahogado en el Mediterráneo.

"En 2016 hemos alcanzado la cifra de 4.950 muertos. Hoy morirán otras 14 personas, entre ellos seguramente habrá cinco niños y niñas", asegura María Jesús Vega, portavoz de ACNUR. En estos doce meses se han registrado más de 358.000 llegadas a Europa. El 26% son niños que huyen de las guerras y muchos lo hacen solos.

En el mejor de los casos caen en las manos de las mafias para explotarlos laboral o sexualmente. Si aun así consiguen llegar a tierra su futuro es incierto. "En este momento en Grecia de los que huyeron en 2015 y 2016 aún hay 23.000 menores solos esperando a que se les conceda asilo o refugio o que puedan estar en un lugar seguro", explica el director de Cooperación de Save The Children, David del Campo.

Más de un millón de personas han pedido asilo en Europa este año, pero en Italia y Grecia están desbordados porque no se cumplen las cuotas de reubicación y asentamiento."Es inaceptable que estemos viendo que haya gente que vaya a pasar un invierno más durmiendo en una tienda de campaña en Grecia en condiciones deplorables cuando las cuotas de reubicación en la Unión Europea no se han cubierto ni en un 7%", afirma la portavoz.

"Apenas 500 refugiados han sido acogidos en el 2016 cuando hay un compromiso de 17.000, por tanto, España está muy lejos de cumplirlo", asegura David del Campo. Se trata, dicen las ONG, de voluntad política para que el 2017 no sea, de nuevo, otro año vergonzante.