Medioambiente
Terremotos, volcanes y otras claves para entender cómo se forman los tsunamis
¿Por qué es importante? Últimamente, los cambios medioambientales y el reciente terremoto que ha ocurrido en Rusia, que ha activado todas las alertas de tsunami en diferentes países, hace que la gente se cuestione cómo se producen estas olas tan enérgicas.

Todo el mundo se ha preguntado alguna vez cómo tiene que ser un tsunami, ya sea por haber visto la película 'Lo Imposible' o por haber terminado agotado después de un día de olas, ni remotamente parecidas, en la playa. Aunque es mejor no llegar a vivirlo nunca. Pero, ¿cómo surgen?
Por lo general, se habla de tsunami para referirse a la llegada de una serie de olas a lo largo de horas o incluso días y que pueden ser provocadas por terremotos, erupciones volcánicas o deslizamientos submarinos de tierra.
El Diccionario de la Lengua Española (RAE) define tsunami como "una ola gigantesca producida por un maremoto o una erupción volcánica en el fondo del mar". Por lo tanto, desmiente la creencia de que tsunami y maremoto son sinónimos.
De hecho, National Geographic aclara que los científicos descartan este uso para referirse a lo mismo. Un maremoto es "una agitación violenta de las aguas del mar a consecuencia de una sacudida del fondo, que a veces se propaga hasta las costas dando lugar a inundaciones", según la RAE.
También es importante destacar que durante un tsunami, la primera ola que llega no suele ser la más potente, son las siguientes las que tienen un mayor poder destructivo. Cuando la ola de un tsunami llega a la costa, suele retroceder. Esto es una señal de que hay que hay que alejarse todo lo posible.
¿Cómo se forman los tsunamis?
Las causas que provocan un tsunami son muy diferentes: desde la erupción de un volcán, hasta un terremoto o deslizamiento de tierra, pero el desencadenante más común es el terremoto. De hecho, según la base de datos histórica global del Centro Nacional de Datos Geofísicos de Estados Unidos, más del 80% de los tsunamis registrados han sido producidos por terremotos. Su formación se divide en cuatro fases:
- Un tsunami, generalmente, empieza lejos de la costa. En su fase inicial uno de los motivos mencionados desplaza el agua que se encuentra por encima. El tamaño del tsunami estará determinado por la magnitud de la deformación vertical del fondo marino, por lo que sea un espacio pequeño no implica que no se pueda producir, pues es la fuerza de la energía la que determina su efecto.
- En el océano las olas de un tsunami pueden recorrer miles de kilómetros atravesando el océano hasta a 1.000 kilómetros por hora. Durante esta fase de propagación, mientras las olas normales están separadas por decenas de metros, las olas de un tsunami pueden estar separadas por distancias de hasta 200 kilómetros.
- Durante la fase de amplificación, a medida que se acerca a la costa la altura de las olas de un tsunami aumentan. Cuando se acercan a la costa, el roce con el suelo menos profundo hace que la ola sea más lenta, pero más alta, llegando hasta los 30 metros de altura. La primera parte de la ola que llega a la costa provoca que la marea se retire cientos de metros más de lo habitual. Este ocurre unos 6 minutos antes de que llegue la primera ola.
- A diferencia de las olas normales, las olas de un tsunami no rompen, avanzan. Durante la fase de impacto, el agua arrastrada por la ola entra en la ciudad o el lugar afectado, creando una especie de inundación.
Capacidad de impacto de los tsunamis
Aunque a priori tenga sentido pensar que si un barco se encuentra en alta mar durante un tsunami se vería duramente afectado, la realidad es que en el océano, un tsunami no es una amenaza. De hecho, casi a diario se producen pequeños tsunamis que resultan indetectables.
Lo peor de los tsunamis es que es un fenómeno del que es casi imposible escapar por el poco de margen de tiempo que hay entre el aviso de emergencia y la llegada del tsunami. Además, no se puede predecir la ocurrencia de un tsunami con exactitud.
Recomendaciones ante tsunamis
La Red Sísmica Nacional alerta de las dos señales para 'predecir' un tsunami: sentir un terremoto fuerte o prolongado cerca de la playa y observar una retirada "rápida y evidente del mar". El agua vuelve "bruscamente, cuando se oiga un rugido similar al de un tren".
Las recomendaciones incluyen dirigirse cuanto antes tierra adentro y a una zona lo más elevada posible, evitando zonas de agua, como ríos: si pese a todo el agua alcanza a la persona, hay que agarrarse a algo que flote. Y, tal y como se ha mencionado anteriormente, si se encuentra a bordo de una embarcación, la recomendación no es navegar mar adentro, más allá de los 100 kilómetros de profundidad pues allí el tsunami queda diluido.