El grupo automovilístico Nissan ha comunicado oficialmente este jueves al Gobierno el cierre de las plantas que tiene en Barcelona -en la Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca-, en las que trabajan cerca de 3.000 personas.

En una nota, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha lamentado la decisión de Nissan y ha considerado que la continuidad de la planta "es posible mediante el plan de viabilidad presentado hace unos meses a la presidencia" de la compañía.

La vicepresidenta Nadia Calviño ha asegurado en una entrevista en TVE que el Gobierno va a "iniciar un proceso de negociación" con la compañía y ha recordado que "las inversiones" necesarias para la continuidad de la planta "son inferiores al coste de cerrarla", que supondría, según señaló Industria, un desembolso de 1.000 millones para la empresa. Además, el Gobierno también ha advertido del "coste reputacional" de abandonar el "carácter estratégico" de Barcelona y la Unión Europea.

Tras el comunicado del Gobierno, el presidente de Nissan, Makoto Uchida, ha anunciado oficialmente la decisión, que ha calificado de "muy difícil".

Uchida, en una breve mención a las instalaciones en Barcelona al anunciar el replanteamiento en diversas zonas, dijo que para esa planta se habían estudiado "varias medidas", pero la firma ha decidido cerrarla, sin precisar cuándo será.

"Es una decisión muy difícil, pero tenemos intención de cerrarla y comenzaremos las discusiones para aplicar esta medida", afirmó Uchida en una videoconferencia de prensa desde la sede de Nissan en Yokohama, al sur de Tokio.

Tras conocer la noticia, los trabajadores de la factoría se han concentrado a las puertas del centro: allí han quemado neumáticos y han cortado la autovía C-17 en protesta por la decisión. "Lucha o morir", han gritado.

A falta de conocer las condiciones del cierre, Industria ha señalado que "se inicia un periodo de negociaciones en que el que se establecerán los plazos y las condiciones del proceso" y ha apuntado que convocará en los próximos días a la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, al Consorcio de la Zona Franca y a las centrales sindicales para analizar "conjuntamente la situación y estudiar diferentes escenarios de futuro".

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha asegurado en una entrevista en RNE que el Gobierno ha ofrecido "todo tipo de apoyos, acompañamientos, ayudas y planes" para evitar el cierre de la planta y ha explicado que el Ejecutivo "lamenta profundamente" la decisión de la empresa japonesa.

A pesar de ello, ha advertido que el Gobierno no va a "tirar la toalla" y buscará "fórmulas para mantener el empleo en diálogo con los trabajadores".

Los tres centros de Nissan en Barcelona -Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca- dan trabajo a unas 3.000 personas, pero son cerca de 25.000 los empleos directos e indirectos que dependen de la planta.

La fábrica de Zona Franca -la más importante- ha ido perdiendo carga de trabajo de manera paulatina en el último año, lo que llevó ya a finales de 2019 a plantear un ERE con 600 prejubilaciones, mientras que la planta trabajaba por debajo del 30 % de su capacidad.

La pandemia de Covid-19 no ha hecho más que empeorar la situación y en estos momentos la fábrica está parada, con una huelga indefinida que afecta a parte de la plantilla, mientra que el resto continúa afectada por un ERTE.