A principios de noviembre, en una pequeña tienda de artesanía toca trabajar. "Al ser festivo, estamos aquí desde las 10 de la mañana hasta las seis de la tarde", explica el responsable del comercio.

Asegura que sus ventas han aumentado desde la crisis, aunque hay que hacer esfuerzos. "Hace unos años entraba más gente, pero la cosa se está animando", coincide la dependienta de una tienda.

Hay optimismo porque porque las ventas habían descendido durante más de tres años y en septiembre de 2014 ha cambiado la tendencia. La buena racha del comercio minorista alcanza su punto álgido en febrero de 2016 y cerró el pasado mes de septiembre con un aumento del 3,6%. Esto supone 25 meses seguidos vendiendo más.

"La gente tiene menos miedo y gasta más, es menos contenida", considera Maribel López, responsable de una tienda de zapatos. Una actitud que se ha recuperado en este periodo por la subida del empleo, con más de medio millón de puestos de trabajo creados de media en nuestro país.

Aunque hay quien se resista, los bajos precios con dos años consecutivos en negativo han hecho que en vez de pararnos a ver los escaparates pasemos más a comprar.

El crecimiento del turismo extranjero en España también ha ayudado con estos datos. Sólo en lo que llevamos de año nuestro país ha recibido más de 60 millones de turistas y son los que más animan a estos pequeños comercios. Una tendencia que los expertos confían que no deje de prosperar con la campaña de Navidad.