En una tienda de pescado congelado han subido los precios debido al contrato eléctrico, una media de 50 euros. Y gran parte de la culpa está aquí, en la especulación que hay en el mercado de derechos de emisión de CO2. "Un 60-70% puede corresponder a eso. En parte es especulación", explica Mario Berná, de Ingebau.

Especulación porque los agentes estarían comprando esos derechos ahora con la esperanza de venderlos más caros en el futuro ante la expectativa de que Europa vaya a elevar el precio mínimo de venta y entre sus principales clientes están las eléctricas.

"Las eléctricas son los principales compradores debido a que no tienen derechos asignados gratuitamente y han de comprar todas las toneladas que emiten", explica Ismael Romero, de Sendeco2.

Cuando una eléctrica que trabaja con carbón o gas una e rebasa los límites de emisiones, para evitar sanciones va al mercado, allí compra más derechos para poder seguir contaminando. Se los venden empresas a las que les sobran emisiones. El precio de esos derechos se ha multiplicado por más de tres en los últimos meses. "Al final las eléctricas acaban traspasando esos sobrecostes a la factura del consumo final", añade Romero.

En enero, el precio de la tonelada de CO2 era de siete euros y ha subido hasta los 25. Por lo que, si cada euro que asciende supone incrementar el coste de la electricidad en hasta 0,6 euros el megavatio hora, sólo por culpa de la especulación con el CO2, generar electricidad se ha encarecido en casi 11 euros el megavatio hora en nueve meses.

Los consumidores piden "regular la tarifa para las familias", según Rubén Sánchez de Facua. El precio mayorista está en máximos anuales: 75 euros el megavatio hora.